La Justicia condenó este lunes a prisión perpetua a cuatro exmilitares del Ejército por los llamados “vuelos de la muerte” de la última dictadura. La condena fue emitida por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de San Martín contra el ex jefe de Institutos Militares de Campo de Mayo Santiago Omar Riveros; el ex comandante del batallón Luis del Valle Arce; su segundo, Delsis Ángel Malacalza, y el exoficial de operaciones de esa dependencia, Eduardo María Lance.

Los jueces Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Matías Mancini ordenaron analizar el estado de salud de los condenados para determinar si están en condiciones de ir a una cárcel común a cumplir la sentencia, como lo pidió la Fiscalía. Actualmente cumplen prisión domiciliaria, informó Telam.

En 2017 la Justicia había condenado por los «vuelos de la muerte» a una treintena de acusados, varios de ellos a perpetua, entre los que sobresalían los excapitanes Alfredo Astiz y Jorge «El Tigre» Acosta.

Qué fueron los vuelos de la muerte

Los “vuelos de la muerte” fueron operativos que consistían en arrojar vivos y drogados al mar a detenidos desaparecidos que estaban en centros clandestinos de detención, como los que funcionaron en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), el más grande del país, o en Campo de Mayo.

«Megacausa»

El juicio por esa “megacausa” duró cinco años y pasaron por el debate alrededor de 800 testigos. En el juicio de San Martín se debatieron los vuelos organizados por el Ejército.

En el juicio de San Martín se debatieron los vuelos que perpetró el Ejército. El fiscal Marcelo García dijo que los acusados cometieron privación ilegal de la libertad agravada por mediar violencia o amenazas, imposición de tormentos agravada por haber sido cometida en perjuicio de perseguidos políticos en forma reiterada, homicidio doblemente agravado por su comisión con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas.

Los casos abordados por el TOF fueron los de Rosa Eugenia Novillo Corvalán, Roberto Ramón Arancibia, Adrián Enrique Accrescimbeni y Juan Carlos Rosace.

Esas personas fueron secuestradas entre 1976 y 1977, las trasladaron al centro clandestino de detención «El Campito», en Campo de Mayo y allí las torturaron. Finalmente las subieron a aviones y las arrojaron al mar o al Río de la Plata.

Los cuerpos de estas víctimas aparecieron en la zona de Punta Indio, a unos 150 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, o en la costa Atlántica.

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