Por Luis Campos (Coordinador del Observatorio del Derecho Social en el Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma).
La tasa de desocupación en el segundo trimestre fue 6,2%, el valor más bajo en muchísimos años. Se redujo con relación al 6,9% de un año atrás, principalmente por una caída en la tasa de actividad (la tasa de empleo se mantuvo estable).
La caída de la desocupación viene siendo importante en todos los aglomerados urbanos. En tan solo tres estuvo por encima del 8%: Mar del Plata (8,3%), Córdoba (8,3%) y Santa Fe (8,1%).
La presión sobre el mercado de fuerza de trabajo sigue elevada (27,9%), pero también cayó en comparación con un año atrás y está en el valor más bajo para un segundo trimestre desde que se empezó a relevar en 2016.
En algunos aglomerados urbanos la suma de desocupados y ocupados demandantes de empleo sigue firme por encima del 30%. En Córdoba, Jujuy y Tucumán uno de cada tres integrantes de la PEA está buscando activamente empleo.
El empleo no registrado sigue en niveles muy elevados (36,8%), pero retrocedió en comparación con el mismo trimestre del 2022 (37,8%). Por el lado de la ocupación por cuenta propia, sigue igual que un año atrás.
La brecha de género en materia de desocupación sigue achicándose. Si bien el desempleo de las mujeres sigue siendo más elevado (6,9% en la actualidad contra 7,8% un año atrás), el retroceso fue superior al de los varones (5,7% contra 6,1% en el mismo período).
La mejora en los indicadores del mercado de fuerza de trabajo está condicionada por dos dimensiones: la persistencia de salarios muy deprimidos y una macroeconomía totalmente desequilibrada. En un futuro no muy lejano tal vez recordemos estos indicadores con mucho cariño.