No es novedad que Servicoop volvió a la carga con el aumento de tarifas, pues parece que el constante incremento de las facturas (más del 300% en los últimos años) no resulta suficiente para paliar el déficit crónico que tiene la entidad. Ahora la excusa es la deuda que la provincia tiene con la cooperativa, que asciende a los 20 millones de pesos mensuales.

Servicoop abonó el último mes casi 27 millones de pesos a Camesa y sigue pagando la deuda que tiene con AFIP. Como toda deuda, no se sabe bien el origen, solo que cada vez es mayor y que sirve como disparador para aumentar tarifas.

Según el presidente de Servicoop, Lucas Marani, la negativa del Concejo de aprobar el aumento de tarifas (como si en los últimos años no hubiera aumentado), repercutirá en las inversiones, es decir, en un nuevo proceso de pauperización.

 

Los números siguen escondidos

 

El estado financiero de Servicoop sigue siendo un misterio. Nadie sabe la cantidad de empleados, los sueldos, las deudas, las formas de ingreso (con indicios claros de nepotismo absoluto) y cómo ha funcionado, históricamente, como la caja (líquida) de los municipios.

La lista roja, representada por Unidos y Organizados, ganadores de la última elección, asumió con la promesa de transparentar esta situación. Todavía no se vieron más que palabras y buenas intenciones. Pero los números siguen siendo una incógnita.

La situación es simple: nadie esconde algo si no tiene una buena razón para hacerlo. Y los problemas que arrastra históricamente Servicoop tampoco se van a solucionar.

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