En una sorpresiva elección, que se esperaba más ajustada, Javier Milei se consagró como presidente este domingo 19 de noviembre, con un 55,69% de votos, contra el 44,3% cosechado por Sergio Massa. Una diferencia de 11,39 puntos y casi 3 millones de votos. «Seremos un gobierno limitado que cumple a rajatabla con sus compromisos que ha tomado respecto a la propiedad privada y el comercio libre. La situación de Argentina es crítica, no hay lugar para el gradualismo, para la tibieza o las medias tintas. Si no avanzamos rápido con los cambios que la Argentina necesita nos dirigimos a la peor crisis de nuestra historia», remarcó Milei en su discurso la línea económica general de su futura gestión. También prometió represión a las protestas: «sabemos que hay gente que se va a resistir. A todos ellos les quiero decir lo siguiente: dentro de la ley todo, fuera de la ley, nada. En esta nueva Argentina no hay lugar para los violentos. Vamos a ser implacables con aquellos que quieran utilizar la fuerza para defender sus privilegios». Producto de la crisis de representatividad en medio de una profunda crisis socioeconómica, nace una nueva coalición de ultraderecha y centroderecha, con una legitimidad contundente. 

El resultado fue arrojado con el 99,28% de las mesas electorales escrutadas en todo el país. Fueron decisivas las provincias de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, en las cuales la cantidad de votos de Juntos por el Cambio (con el apoyo de Mauricio Macri) en la primera vuelta terminó casi sumándose en su totalidad a los votos logrados por el candidato de La Libertad Avanza. También hubo una tendencia favorable de Milei en provincias del norte argentino, históricamente peronistas. Mientras que en las pocas provincias en las que ganó el peronismo, lo hizo por un escaso margen de votos, como en la provincia de Buenos Aires, Chaco y Formosa.

En su discurso, Javier Milei agradeció a su hermana Karina Milei, al «presidente Macri», a Patricia Bullrich y a quienes fiscalizaron por parte de LLA y Juntos por el Cambio. «Hoy comienza la reconstrucción de Argentina», aseguró entre aplausos. «Hoy se termina el poder de un Estado omnipresente – continuó – Hoy se termina esa visión de que los victimarios son las víctimas y las víctimas los victimarios. Hoy volvemos a abrazar las ideas de libertad, de Alberdi, de nuestros padres fundadores».

Con respecto al tono de su gobierno, en tono fundacional, sentenció: «seremos un gobierno limitado que cumple a rajatabla con sus compromisos que ha tomado respecto a la propeidad privada y el comercio libre. El modelo de la decadencia a llegado a su fin. No hay vuelta atrás. Los resultados de este modelo están a la vista de todos. De ser el país más rico del mundo, la mitad de los argentinos son pobres y el 10 por ciento son indigentes. Basta del modelo de la casta«.

En la misma línea, amenazó a las protestas sociales: «sabemos que hay gente que se va a resistir. A todos ellos les quiero decir lo siguiente: dentro de la ley todo, fuera de la ley, nada. En esta nueva Argentina no hay lugar para los violentos, no hay lugar para los que violan la ley para defender sus privilegios. Vamos a ser implacables con aquellos que quieran utilizar la fuerza para defender sus privilegios. Al gobierno queremos pedirle que sea responsable, que entiendan que ha llegado una nueva Argentina y que actúe en consecuencia. Que se hagan cargo de su responsabilidad hasta el final del mandato del 10 del 12″.

En cuanto a la línea económica que tendrá su gobierno, no dejó lugar a dudas: «la situación de Argentina es crítica, no hay lugar para el gradualismo, para la tibieza o las medias tintas. Si no avanzamos rápido con los cambios que la Argentina necesita nos dirigimos a la peor crisis de nuestra historia. Es fundamental que todos aquellos que queremos volver a abrazar las ideas de la libertad trabajemos juntos a partir del 10 de diciembre y podamos darle respuesta a una sociedad que ha sido abandonada por la clase política».

«Quiero decirles que Argentina tiene futuro, pero ese futuro existe si ese futuro es liberal – exclamó – Venimos a hacer las cosas que la historia ha demostrado que funcionan. Venimos a hacer lo mismo que hicimos durante el siglo XIX en nuestro país. Lo mismo que hicieron países como Irlanda hace no tanto tiempo. Venimos a abrazar las ideas de la libertad, que son aquellas que garantizan la prosperidad de los argentinos. Si abrazamos esas ideas, no solo vamos a poder solucionar los problemas de hoy, sino que dentro de 35 años volveremos a ser una potencia mundial. El 10 de diciembre empecemos a traer las soluciones que los argentinos necesitan. Por lo tanto, quiero dar las gracias a todos por el enorme trabajo, por acompañar, por creer en que se puede. ¿Cuántas veces habremos dicho y nos hemos cansado de repetir que la victoria en la batalla no venía de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo? Quiero darle las gracias a todos, y no podía terminar de otra manera. ¡Viva la libertad, carajo!«, finalizó su discurso, que terminó entre cánticos de «Que se vayan todos, que no quede ni uno solo» y el tema «Se viene el estallido«, íconos de la rebelión popular del 2001.

Por su parte, Sergio Massa, quien anunció que pedirá licencia para «facilitar la transición» (que quedará a cargo de Raúl Rigo y del presidente del Banco Central, Miguel Pesce, informó NA) agradeció el esfuerzo de quienes acompañaron su candidatura, los 11 millones de personas que lo votó y reconoció la derrota: «está jornada de hoy ratifica que la Argentina tiene un sistema democrático sólido y fuerte, que además respeta los resultados. Los resultados no son los esperados. Me he comunicado con Javier Milei para felicitarlo porque es el presidente que la mayoría de los argentinos eligió para los próximos cuatro años«.

De esta manera, producto de la crisis de representatividad en medio de un terrible contexto socioeconómico, nace una nueva coalición de ultraderecha y centroderecha con una legitimidad incontestable, a pesar de que nunca se habían expresado de forma tan unitaria tantas instituciones contra un candidato, como lo hicieron partidos, sindicatos, iglesias, clubes, organismos de derechos humanos, marcas, influencers y fandoms.

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