Por Leandro Renou

Paradójicamente, la celebración de los 20 años de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la gremial empresaria más joven del Círculo Rojo, terminó en una foto sepia plagada de fake news, apelaciones al comunismo, elogios al mérito, una proclama directa contra los impuestos y el gravamen a la Renta Inesperada que el Gobierno enviará al Congreso en los próximos días. Y un muy fuerte blanqueo, por parte del dueño de La Anónima, Federico Braun, de las remarcaciones especulativas de los supermercados. Este último gesto, generó fuertes cruces por aparte del Presidente Alberto Fernández y la vice Cristina Kirchner. Tal como adelantó este lunes PáginaI12, los empresarios le mostraron los dientes al Gobierno y, además, reafirmaron su espacio de poder con proclamas muy polémicas y sin ponerse colorados.

AEA es un puñado de dueños de grandes firmas que está conducido por Clarín, Arcor, Techint y La Anónima. Ya a las 9 de la mañana, en la apertura del evento en el Hotel Sheraton de Retiro, el gerente de la entidad y hombre sin empresa, Jaime Campos, avisó que lo que se venía era picante: “pedimos que las cuentas públicas estén medianamente ordenadas (…) los déficits públicos permanentes fueron la causa central de la inflación”, expresó y agregó que «hay una muy elevada presión tributaria en el país, con más de 160 impuestos. Y la propuesta de Renta Inesperada es un retroceso”. Fue el aperitivo que antecedió a un video grabado del presidente Alberto Fernández, en el que se quejó por los precios, y a la vez un mensaje directo para el ministro de Economía, Martín Guzmán, encargado de cerrar el evento.

Dejaron la mesa central del salón, para hablar en primer turno, tres pesos pesados. Héctor Magnetto, de Clarín, Luis Pagani, de Arcor y Alberto Hojman, de BGH. El ceo del holding Clarín, que en la previa fue quien coordinó el tono de las ponencias, jugó fuerte y calificó de “confiscatorio” el tributo a la renta inesperada. E insistió en que “en este trayecto de declinación, el país ha aumentado enormemente el gasto público y los impuestos, aún los más distorsivos”. En esa línea, Hojman habló de “falta de confianza, no hay un plan, una visión, y se gasta más de lo que corresponde”.

Mientras eso ocurría, Pagani miraba con su calma habitual y trataba de dar definiciones más bien lavadas. El dueño de Arcor había cenado con el presidente Alberto Fernández días atrás y un rato después su empresa pasó listas con 10 por ciento de aumento en los precios. Sin embargo, nunca fue de jugar fuerte en la pública, y aquí lo sostuvo. Uno de los coordinadores de la charla fue un paso más allá y preguntó la opinión de los ceos sobre la integración de una Corte Suprema de 25 miembros. Pagani lo tomó, según contaron en su entorno a este diario, como un “desmadre inapropiado”, y respondió: “la idea de esta charla era salir por arriba de la coyuntura actual. No queríamos entrar en la coyuntura. Que no se venga acá a hacer catarsis de cierta mala onda que hay en el país. Yo soy vendedor, Argentina tiene una oportunidad”, expresó como intentando una moderación. A su lado, Magnetto se rió y le dijo: “no hay que invitar a periodistas a estos eventos”. Justo el 7 de junio, en que se celebra el día del oficio, el ceo de Clarín cerró con un mensaje picante. Junto a sus sonrisas, acompañaron miradas cómplices de economistas de Juntos por el Cambio, entre ellos Luciano Laspina, Alfonso Prat Gay, Javier González Fraga y el ex jefe de la AFIP, Alberto Abad.

Estas posiciones tan anticuadas de la AEA generaron en los últimos años algunos contrapuntos fuertes con socios que se terminaron yendo, incluso criticando el alineamiento político de la entidad. La salida más rutilante, porque fue pública, fue la del textil Teddy Karagozian, que renunció por varias razones, entre ellas una disputa dialéctica con el entonces ministro de Economía de Macri, Nicolás Dujovne. “No hay ni una manera, como hacen en IDEA, de contrastar posiciones”, se sinceró uno de los participantes ante este diario, de los que se consideran parte de la minoría disidente en la entidad.

Remarcadores, el mérito y el comunismo

El zenit de las posturas polémicas se dio promediando el acto. En el segundo panel, habló Federico Braun, dueño de los supermercados patagónicos La Anónima y tío del ex secretario de Comercio de Mauricio Macri. Le preguntaron qué hace La Anónima ante la inflación, y sin temor respondió: “remarcar precios todos los días”. Fue entre risas, y su gesto se calcó en las mesas principales, que celebraron lo que entendieron un paso de comedia en un país seriamente afectado por la marcha de los precios y las remarcaciones.

De hecho, la lectura que hubo entre las mesas fue que, efectivamente, buena parte de las subas de precios que hay son “por las dudas”, y terminan recalentando indicadores de por sí muy fuertes. Un rato después de esa frase de Braun, que fue lo más duro de todo el evento, la vicepresidenta Cristina Kirchner lo cruzó fuerte con una crítica en Twitter (ver aparte). Y lo propio hizo el presidente Alberto Fernández, quien en el brindis del día del Periodista aseguró que «es la cara de la remarcación de precios».

Braun -a quien el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno llamaba el «oligarca bueno» precisamente por no guardarse nada- ya venía exponiendo a lengua suelta. «¿Se acuerdan que había un presidente que decía que estábamos condenados al éxito? yo creo que más bien estamos condenados al fracaso. Esto es capitalismo o comunismo (…) y no hay ningún país comunista o socialista exitoso. En China y Rusia la gente se ha muerto de hambre, Corea del Norte está oscura y la del sur, luminosa, y Venezuela era un gran país…», expresó. En esa línea, el ex Quilmes y actual Citrícola San Miguel, Carlos Miguens, agregó que «no van las antinomias, generan grietas. Todos deberíamos buscar la forma de combatir a la pobreza. Quiero reglas de juego claras en el tiempo». No fue el único que volvió a hablar del tema.

Martín Migoya, ceo de la empresa unicornio Globant, refirió que «hay que volver al mérito, el emprendedurismo es lo contrario al populismo. Mientras el populismo desconfía de la gente, el emprendedurismo confía”. Y agregó que «tiene que haber oportunidades, pero sin mérito no hay nada». Globant es una firma de software que se hizo al calor de los subsidios a las tecnólógicas en el gobierno de los Kirchner. En 2003, no existía la empresa y sólo 5 o 6 años después no sólo valía casi tanto o más que los gigantes nacionales, sino que además había radicado a su casa matriz en Luxemburgo.

Cuando Macri cayó derrotado ante el Frente de Todos, Migoya se mudó a Uruguay, casi al mismo tiempo que Marcos Galperín, ceo de Mercado Libre. Al cierre de su charla, pidió si la política «no puede dejar las cosas como está, si es que no las van a mejorar. Déjennos el arco quieto», afirmó el más joven de una plantilla de ceos con cero cupo femenino y no menor a los 70 de edad.

Otro de perfil alto en el off pero moderado en los on, como Paolo Rocca, también mostró una mirada lateral. Defendió, siendo parte, las licitaciones cuestionadas del gasoducto Néstor Kirchner (ver aparte), y aseguró que «a diferencia de lo que se vino diciendo, no es momento de irse del país, sino quedarse a trabajar y hacer las cosas».

El final fue para la exposición de Guzmán, que luego de repasar lo que ve hacia adelante en materia económica y defender la ley de Renta Inesperada, recibió preguntas de Jaime Campos. La más concreta, que el sector precisa reglas claras y «hay más de 160 impuestos». Sin dudar, el ministro le dijo que eso era falso y que no había más de 28 tributos nacionales, a lo que Campos terminó asintiendo. Un detalle: el dato de los 160 impuestos salió del IARAF, instituto económico que conduce Nadin Argañaraz, que hoy trabaja junto a Carlos Melconian en el plan económico que prepara para Macri, desde la Fundación Mediterránea.

Fuente: P12

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *