Se trata del testimonio de una mujer que se produjo en el último día de inscripción al subsidio por la energía que tuvo lugar en el Centro de Interpretación Pública (CIP) y que refleja la crítica situación económica que atraviesan los jubilados en Argentina.

La mujer, entrevistada por AZM Tv, afirmó: “Me vine caminando, de mi casa en el Ceferino hasta acá porque en realidad no tengo para la SUBE. Ahora me tengo que ir de vuelta, otra vez; después me tengo que ir a trabajar. Mal, mal”.

“Soy pensionada, ganó lo mínimo; lo que cobro no me alcanza; tengo que trabajar sí o sí. Con 73 años tengo que seguir trabajando; no me queda otra porque no llegó ni a la mitad del mes. Aparte, tengo que pagar gas, luz y servicio de cable. Ahí se me va todo lo que cobro. Me quedó para comprar algunas cosas y listo”, contó.

“Yo no tendría que estar trabajando, pero no me queda otra”, dijo resignada sobre lo que les toca vivir y sufrir a muchos adultos mayores en estos tiempos de ajuste y licuadora donde la motosierra se ensaña con los más indefensos.

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