Redacción Puerto Madryn.
El ministro de transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, confirmó la quita del subsidio para el transporte de pasajeros en las ciudades de Puerto Madryn y Trelew, con lo que el boleto de colectivo ascendería a 50 pesos.
Si bien esta noticia forma parte del constante ajuste –principalmente en el interior del país– que el gobierno nacional viene haciendo hace tres años, lo cierto es que también fue una consecuencia de la postura de los hermanos Sastre en su negativa a jugar dentro de Cambiemos en las próximas elecciones.
Tanto Gustavo como candidato a intendente como Ricardo, acompañando a Arcioni en la fórmula para la gobernación, los hermanos Sastre desestimaron la oferta del gobierno nacional convertirse en sus candidatos.
Este tipo de castigo e típico dentro de la zona más áspera de las operaciones políticas, pero en este caso terminan afectando al común de la gente, que pasará de pagar un elevado boleto de 26 pesos a uno de 50, uno de los más elevados de la Argentina.
Dietrich como Piñón Fijo
Por si fuera poco, Dietrich arribó a la ciudad portuaria en el exclusivo crucero “Celebrity Eclipse y no solo confirmó la quita del subsidio sino que chicaneó a periodistas afirmando que estaba previsto en el “pacto fiscal” firmado oportunamente por Arcioni.
Sin embargo, una de las condiciones que trascendieron para la firma del pacto fiscal fue no perjudicar a los ciudadanos con más ajuste, algo que claramente el gobierno nacional no cumplió.
No es la primera vez que el gobierno nacional anuncia una medida para luego hacer lo contrario. El listado de promesas incumplidas es amplio. El más reciente fue el impuesto a la renta financiera, que ataca al pequeño y mediano ahorrista, impuesto que el mismo gobierno negó categóricamente en el último blanqueo.
El pacto fiscal fue “impuesto” a las provincias para que estas lograran obtener obras de infraestructura. No solo no vendrán las obras sino que el acuerdo se convirtió en una trampa más para justificar el tarifazo y desligarse del costo politico. Una nueva promesa incumplida del gobierno nacional que pesa, una vez más, en el ya golpeado bolsillo del que menos tiene.