Foucault tenía razón
El filósofo francés fue quien mejor analizó el poder en su libro memorable “Microfísica del poder” de 1978. Dijo allí que el poder no es una tenencia ni una propiedad sino un ejercicio. No se tiene poder hasta que se lo ejecuta. Es la lección que le hicieron ver sus exaliados cuando primero se declararon en contra de la minería y luego rompieron sus lazos políticos.
Apenas unos meses de su asunción: la situación en Chubut es insoportable y la caída de apoyos tomó una velocidad estrepitosa. Ya no son los estatales «el problema», con especial protagonismo de los docentes, sino el poder judicial, que se le paró de manos en un intento de enviar una ley para pagarse salarios con recursos propios y poner un veedor de las cuentas públicas. Hay que recordar que este sector todavía no cobró el mes de diciembre, algo impensado para una provincia que una de las mayores exportadoras de dólares del país. La cantidad de conflictos que cosechó el gobernador en tan poco tiempo constituye una marca inédita en la historia institucional nacional, algo que lo acerca a De la Rúa y al propio Mauricio Macri.
Por si fuera poco, hoy se conoció que las empresas pesqueras exigen al gobierno provincial eliminar el impuesto que determina abonar el equivalente a medio litro de combustible por cada cajón de langostino, que fue sancionada en el año 2018. Pretenden paralizar los puertos de Madryn, Rawson y Camarones.
Solo y acorralado
Mariano Arcioni está solo y acorralado: no solo su imagen es la peor en la historia de la provincia, sino que también perdió sus alianzas políticas con quienes le permitieron acceder al cargo: Madryn y Trelew. También Comodoro retiró su apoyo y ahora solo se vincula con pequeñas localidades de la meseta como para mostrar que todavía «tiene algo» de recurso político.
También nación le retiró su apoyo y hasta su amigo del colegio secundario, Sergio Massa, ya no le responde. Hasta hace poco tiempo, Massa se regodeaba de “tener” un gobernador, algo que prefiere evitar en las últimas semanas, habida cuenta de los sucesos que está atravesando la provincia y que lo han convertido a Arcioni en un “saco de plomo”.
Incluso, hay dirigentes como el concejal Federico Garitano, quien ha pedido explícitamente que dé un paso al costado, algo que muchos intendentes de peso todavía no dicen pero insinúan.
Un manual de errores
Arcioni está escribiendo un manual de errores políticos. Sacando de lado su gestión económica y la falta de respuestas concretas ante problemáticas urgentes, la figura del gobernador ha devenido en caricatura. «Quién no tiene unos ahorros para aguantar», «aliados miserables», «la Legislatura lo único que hace es extorsionar», son algunas de sus frases célebres de las últimas semanas.
En una política cada vez más gestual, también dio la nota: se lo vio tomando champagne de casi 10 mil pesos en un exclusivo hotel de Buenos Aires mientras la provincia estallaba; mandó un proyecto para aumentarse el sueldo en plena crisis por el pago de salarios a estatales. Ni hablar de cómo corre sistemáticamente el arco para el pago de la cláusula gatillo a docentes: prometió en diciembre, después en enero, después en febrero y ahora luego de comenzar las clases. Incluso hasta los intendentes lo ningunearon: Linares no lo dejó hablar en el aniversario de Comodoro y Gustavo Sastre hizo lo mismo en su asunción.
Ni siquiera puede habilitar la Legislatura para tratar «su» proyecto de ajuste y congelamiento de salarios por seis meses, mientras sigue la fuga de diputados del oficialismo.
Febrero y marzo son definitorios
Febrero y marzo serán los meses que definan el devenir político del gobernador. Deberá convencer al poder judicial de “soportar” las inclemencias financieras y a los estatales de “aguantar” otro poco más (un poco más que lleva dos años). Deberá convencer al gobierno nacional que le siga bajando recursos y garantizar con los docentes el comienzo de clases, algo que preocupa especialmente al Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta.
Chubut no solo tiene comprometido su patrimonio con la deuda, sino que el gobernador comprometió su credibilidad política, insumo indispensable para salir de cualquier crisis.