Por: Adrián Moyano

Nueve años después de la primera versión, la periodista y escritora vuelve a la carga con una versión ampliada, que incluye nuevos testimonios. Publicó Espacio Hudson, la editorial del escritor y periodista Cristian Aliaga.

Hoy miércoles 16 de septiembre, se cumplirán 33 años desde que Aimé Painé dejó de existir en el plano sensible. Cristina Rafanelli, autora de «Aimé Painé. La voz del pueblo mapuche», eligió el aniversario para presentar la nueva edición de su obra. Se trata de una versión ampliada que salió de imprenta con el sello de «Espacio Hudson». Precisamente, la presentación se emitirá desde las 19 por la página en Facebook de la editorial chubutense.

«Escribir sobre la vida de una persona es una tarea destinada a quedar inconclusa», advierte la autora en sus «Palabras sobre esta nueva edición».

Según la periodista, «al menos puedo decir que […] está mucho más completo. Todo lo que tenía que decirse sobre ella, se dijo. Esta nueva edición contiene más información extraída de artículos de prensa, fotografías inéditas, un nuevo capítulo y testimonios con el de su hermano, Héctor Painé».

En la renovada versión, «no solo hablan sobre ella quienes la conocieron, sino también quienes siguen su camino a través de la música», introduce Rafanelli. «Aimé tuvo una infancia dura y cuando creció, atravesó situaciones dolorosas que prefirió callar y sufrió en silencio. Recién en este siglo, y después de mucha lucha, las mujeres se están atreviendo a contar lo que les pasa, sin miedo a recibir escarnio o ser juzgadas con prejuicios. Nada fue fácil para Aimé», avisa la introducción.

En 1979, la periodista todavía residía en Buenos Aires y formaba parte del staff de la mítica «Expreso Imaginario». Junto con otra leyenda, Pipo Lernoud, concurrieron a cubrir una exposición de artesanías mapuches en la gran urbe. En su transcurso, hubo música: «cuando vi a Aimé Painé por primera vez me impresionó sobremanera. Vestida como las mujeres mapuches antiguas, con su canto milenario, su manera de hablar tan delicada, tan fina, pero a su vez tan firme en sus convicciones, parecía una princesa hablando de su pueblo marginado», rememoran las primeras páginas. En esa ocasión pactó Rafanelli su primera entrevista con la cantora mapuche.

En 1985 la autora se instaló en Bariloche y restableció el contacto con Painé en ocasión de una visita suya, mientras ponía el aire un programa en Radio Nacional. No mucho tiempo después, supo de un viaje a Europa y más tarde, de su prematuro fallecimiento. Casi un década más tarde, empezó a pensar en un libro. «A fines de 1994, comencé a reunir todas las entrevistas que habían sido publicadas en diarios, revistas y libros; y a clasificar toda la información por temáticas. Para conocer su historia, viajé por primera vez a Ingeniero Huergo, su pueblo natal, en marzo de 1995».

Canto pionero

Rafanelli pudo publicar la primera versión de su trabajo en 2011. Según sus conclusiones, «Aimé fue la primera en difundir el canto mapuche vestida a la usanza antigua, con orgullo y valentía. Llevó adelante la difícil misión de revalorizar su cultura hasta el fin de sus días, incluso durante la época de la última dictadura; y todo lo hizo a pulmón, yendo de pueblo en pueblo». Lamentablemente, «jamás llegó a grabar un disco».

Portada de la reedición

Por las dudas, aclara la escritora que «no es la intención de este libro construir un mito sino dar a conocer la obra de una mujer excepcional que padeció como tantos otros mapuches el desarraigo y el abandono y que, pese a todo, logró reencontrarse a sí misma. Hoy existen bibliotecas, centros culturales, guarderías y calles con su nombre y hasta una serie que se filmó en Neuquén». En 2020, se cumplen 33 años de su fallecimiento.

La autora esperaba contar con palabras del antropólogo Carlos Martínez Sarasola para el prólogo de la segunda edición, pero su fallecimiento en 2018, estuvo cerca de frustrar esa intención. En lugar del escrito previsto, Rafanelli incluyó las palabras que pronunciara el autor de «Nuestros paisanos los indios» durante aquella presentación de 2011, en la Biblioteca Nacional. «Aimé Painé fue una mujer y artista excepcional. Un personaje desconocido para muchos argentinos y este libro felizmente ayudará a que esta situación cambie un poco, recuperando a la magnífica Aimé con el recurso de esa ‘otra memoria’ como ella misma decía», sentenció Martínez Sarasola.

El investigador estableció que «el libro de Cristina Rafanelli es el resultado de la manifestación, no solo de la fantástica búsqueda en función de una difícil historia para desentrañar, sino de una rigurosidad que roza los más mínimos detalles, de fechas y situaciones con una documentación y una precisión que en muchos momentos asombra. Este es tal vez, un plus del libro», opinó en aquella oportunidad.

Gracias a la reconstrucción, «la corta vida de Aimé hace entender a la distancia sus viajes de intensa recuperación a las comunidades, su encuentro con las abuelas, con los niños, en una verdadera misión de recopilación para que ella pudiera luego cantar. Pero hay algo más importante en esa misión, la de transmitir a sus paisanos la importancia de regresar a los valores originarios, a los cantos, a la lengua, a la música, a la ceremonia».

De la presentación de «Aimé Painé. La voz del pueblo mapuche» participarán desde Chimpay, Héctor Painé; desde Buenos Aires, Beatriz Pichi Malen; desde Lago Puelo, el editor Cristian Aliaga y desde Bariloche, la cantora Anahí Rayen Mariluan, además de la propia Rafanelli. La escritora anunció que junto a las conversaciones, se exhibirá un video que contiene imágenes inéditas, que incluyen interpretaciones de Aimé Painé. El acontecimiento cuenta con el auspicio de la Secretaría de Cultura de Río Negro.

La cultura es necesaria como el agua

En una intervención de 1987, Aimé Painé difundió un diálogo que Cristina Rafanelli reprodujo bajo el título «¿Qué es la cultura, Aimé?» La nacida en Huergo dijo: «Fíjense lo que dicen los abuelos, cuando me dicen: la cultura que usted habla por la radio, tan bonito que habla usted, pero ¿qué es la cultura? Ay, abuela, cultura es eso que está haciendo usted, y la abuela estaba amasando para hacer la torta frita. Después, miro para otro lado y le digo: cultura es eso, y ahí tenía el telar donde ella teje, porque nuestra mujer mapuche vive del arte de tejer. Eso es cultura. Cultura es el idioma que usted habla, abuela».

«Mire que cosa -dijo la abuela. Y usted, ¿por qué piensa que cultura es otra cosa? – Huinca, siempre habla de su cultura… Ahora tiene para pensar abuela. Yo me fui para otro lado y cuando vuelvo le pregunto: ¿usted pensó lo que le dije, abuela? Y después de un rato, porque nosotros nos tomamos tiempo para responder… -Estuve pensando en lo que dijiste, Aimé. Eso de cultura que hablaste. Y yo estuve pensando que es como esto y ahí veíamos el agua del lago. -¿Por qué, abuela? Porque el agua se muestrea como lago, como río, como cascada, pó (sic). Se muestrea como vertiente, como arroyito también pero nunca deja de ser agua. Hay una agüita salada que yo no conozco que es el mar, pero nunca deja de ser agua. Nuestra cultura esa a través de los ejemplos. Pero el agua es necesaria y nuestra cultura también, pó».

Fuente: El Cordillerano

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