Por Natalí Risso
Tras un periodo de actividad muy limitada entre el receso de invierno y el electoral, la Cámara de Diputados retoma el tratamiento del proyecto de ley que creará un marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial. Será en la Comisión de Agricultura con la presentación del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y luego en la comisión de Presupuesto para emitir el dictamen y pasar al recinto.
El proyecto ya cuenta con media sanción en el Senado desde mediados de julio pasado. De ser sancionada, la nueva ley establecerá un marco regulatorio para la inversión pública y privada en toda la cadena del cannabis medicinal, de modo de complementar la legislación actual que no contempla proyectos a gran escala. Para el uso industrial de la planta, apunta a legalizar subproductos que actualmente se encuentran prohibidos.
“Este es un proyecto que si se aprueba va a generar desarrollo, trabajo y oportunidades en toda la Argentina. Es un mercado global emergente y una gran ventana de oportunidad. Argentina tiene la potencialidad para el desarrollo”, aseguró el ministro al exponer en la Comisión de Agricultura.
La convocatoria de la Comisión de Presupuesto tiene fecha para el próximo miércoles. También se debatirán otras iniciativas como la que pretende institucionalizar una gestión ecológica de los envases y la prórroga de los plazos de la ley de emergencia de tierras indígenas, entre otras.
«Aguardamos con mucha expectativa el trabajo en las comisiones que se realizará en la Cámara de Diputados. Entendemos que existen los consensos necesarios para obtener un dictamen que garantice que el proyecto vaya sin cambios al recinto y sea sancionado en las próximas semanas. Lo vivimos con mucha emoción porque sin dudas es un momento muy esperado y por el que mucho hemos trabajado», cuenta a PáginaI12 el presidente de la Cámara Argentina del Cannabis ArgenCann, Pablo Fazio.
El proyecto
La presentación del marco regulatorio es fruto del trabajo del Consejo para el Cambio Estructural, un área dentro del Ministerio de Desarrollo Productivo que se ocupa menos de la coyuntura y más de discutir políticas productivas con mirada de largo plazo.
El marco normativo busca “desbaratar el mercado informal de aceites y otras preparaciones herbarias irregulares que existen en la actualidad y terminará con la proliferación de productos que carecen de cualquier tipo de control respecto de su composición y calidad”.
El primer objetivo es “establecer un marco legal que autorice las etapas de siembra, cultivo, cosecha, producción, almacenamiento, transporte, comercialización, importación, exportación y posesión de semillas de cannabis, de la planta de cannabis, y de sus derivados, con fines de aplicación medicinal, terapéutica, paliativa o de investigación científica”. El segundo objetivo “consiste en legalizar los diferentes eslabones productivos y de comercialización del cáñamo o cáñamo industrial y sus subproductos”. Aclara que “si bien el cáñamo no es un estupefaciente en los términos de la ley penal por no generar efectos psicoactivos, resulta necesario regular y controlar para evitar que en los cultivares de cáñamo se oculten cultivos ilegales de cannabis psicoactivo”.
Al momento de analizar las solicitudes de licencias para producir cannabis medicinal o industrial, se establecerán requisitos y antecedentes con el fin de “maximizar los controles destinados a prevenir actividades ilegales, incluyendo el lavado de activos”.
En el otorgamiento de las licencias, la Ariccame – una agencia interministerial creada en el marco de la ley- contemplará “el propósito de contribuir al desarrollo de las economías regionales y de promover la actividad de cooperativas y de pequeños y medianos productores agrícolas”.
El proyecto también contempla un régimen sancionatorio por incumplimientos a las reglamentaciones, que van desde el apercibimiento a la inhabilitación para operar en los plazos que se prevean, pasando por la multa, la suspensión y la caducidad de la autorización.
Empleos y dólares
Desde Producción calculan que, dada la dinámica mundial y realizando una proyección conservadora, la industria cannábica argentina creará 10.000 empleos, 20 por ciento de los cuales estarán en áreas de inversión, desarrollo e innovación. Además generará 500 millones de dólares en ventas al mercado interno y 50 millones de dólares de exportación anuales hacia 2025. Otros beneficios que remarca la cartera son que la industria promueve el desarrollo genético y encadenamientos de alto valor agregado a más de 200 bienes y servicios diferenciados (semillas, automatización, productos medicinales, entre otros).
Por ahora el negocio es incipiente. Los países que concentran el comercio de cannabis son Canadá, Estados Unidos e Israel. Colombia y Uruguay, que son los más avanzados en materia de legalización en la región, exportan menos de 15 millones de dólares por año en conjunto.
«Ya tenemos el ojo puesto en lo que será la reglamentación de la ley por parte del Poder Ejecutivo. Necesitamos que esta industria sea inclusiva, que respete un desarrollo territorial armónico, progresivo, plural y equitativo, señalando que debemos ser las pymes, los emprendedores y las cooperativas los actores centrales del tiempo por venir del cannabis en Argentina», concluye Fazio.
Fuente: P12