Por Mariana Di Mauro.

 

Desde el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir convocaron a la primera marcha contra el Terricidio, que se realizó en Plaza Cielo, Esquel con un acto y luego dio paso a una marcha al compás de gritos como “¡El agua es vida, no es para la mina!” y “¡Esquel, escucha, únete a la lucha!”.

 

Esta marcha se enmarca en el Campamento Climático: Pueblos contra el Terricidio, que comenzó el pasado 7 de febrero en Lof Pillañ Mahuiza, Chubut, y donde se llevaron a cabo charlas, talleres y plenarios para discutir cuestiones vinculadas al cambio climático y sus consecuencias. En el acto de hoy, la dirigente indígena Moira Millán leyó la carta que le presentarán a la Ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta para solicitarle una reunión junto con el presidente Fernández el próximo 6 de marzo. “Nos hemos organizado, en 2015, a lo largo y ancho del país para lograr ser escuchadas y, en unidad, alcanzar derechos largamente postergados. En este momento, mientras escribimos esta nota, nuestres hijes mueren de hambre y desnutrición. La falta de agua en nuestros territorios y la contaminación nos está diezmando; también la violencia patriarcal y racista nos mata”, leyó Millán.

 

 

Se exige que el terricidio sea considerado un crimen de lesa humanidad, ya que lo definen como “asesinato no sólo de los ecosistemas tangibles y de los pueblos que lo habitan, sino también al asesinato de todas las fuerzas que regulan la vida en la tierra”. “Entendemos que el terricidio es consecuencia del modelo civilizatorio dominante, que está poniendo en riesgo nuestro futuro en el planeta y que hoy se manifiesta a través del cambio climático y sus consecuencias. Nosotras, mujeres y disidencias indígenas organizadas de las 36 naciones indígenas que habitamos la Argentina, sabemos que somos quienes padecemos en nuestros cuerpo-territorio las consecuencias del cambio climático, las que más sufrimos los costos y pasivos ambientales generados por este modelo global de explotación de los recursos naturales”, expresan desde el Movimiento.

 

En el último tiempo, el cambio climático y las crisis ambientales productos del actual sistema económico, productivo y de consumo, comenzaron a ocupar un lugar central en los reclamos de los pueblos a nivel mundial. En Argentina, lxs habitantes de las provincias de Mendoza, Chubut y Río Negro están llevando adelante una importante lucha contra los negocios millonarios de megaminería y extractivismo entre los gobiernos y empresas extranjeras que buscan sacar rédito económico a costa de la salud de la gente. De esta manera, esta lucha se suma y contribuye a la visibilización de la resistencia indígena que, desde hace años, busca alertar acerca de los riesgos del sistema capitalista sobre el medio ambiente, los animales y la especie humana, que provocarán un grave deterioro ecológico, derivando en un escenario de colapso y extinción. Ante esta situación extrema, desde el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir proponen “el decrecimiento radical con equidad” como único camino posible.

 

Fuente: Resumen Latinoamericano.

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