Por Valentina Stella y Elena Grizzi
En el mes de marzo del 2020 llegaron a la casa de Isabel Catriman dos empresarios diciendo que el campo en el que habita la Lof desde el año 2000 les pertenecía porque habrían comprado los derechos de posesión. Desde esa fecha, Isabel y su familia — compuesta por su hija Gloria y su primo Gregorio Cayulef– están denunciando una serie de atropellos, violencias, abusos y causas judiciales insólitas y arbitrarias (https://gemasmemoria.com/2021/04/26/como-opera-la-hegemonia-judicial-en-la-produccion-de-un-conflicto-territorial-con-el-pueblo-mapuche-tehuelche-los-expedientes-de-la-lof-catriman-colihueque/)
Para los fines del presente escrito nos enfocaremos en los reclamos y abusos que conforman el conflicto que tiene como protagonista a Isabel Catriman, una mujer mapuche de 79 años que resiste y denuncia atropellos a su persona y a su territorio. De forma particular, nos proponemos reflexionar sobre las paradojas y contradicciones a través de las cuales, por un lado, se evidencia y se reconoce desde el propio Estado la situación de “vulnerabilidad” y desigualdad en la que se encuentra Isabel por ser “mujer, anciana y mapuche” frente a una serie de acciones de ciertos privados que atentan su integridad física y psicológica. Por el otro, vemos cómo es esa misma interpelación a su subjetividad como mujer anciana e indígena la que habilita a estas mismas personas a actuar de forma impune violando sus derechos y perturbando su vida cotidiana en aquel territorio.
Sobre las identidades y la articulación de clivajes: interpelaciones, subjetividades y contextos
Desde hace varias décadas, la antropología viene reflexionando sobre la importancia de analizar los procesos sociales relacionados con la conformación de identidades y/o subjetividades desde un enfoque que preste atención al complejo proceso de articulación de clivajes (Briones y Siffredi 1989; Ramos 2005; Kropff 2008; Kropff y Stella 2017; Cabrapan et.al 2014, entre otros). En relación con ello, son varios los trabajos que analizan la forma en que los procesos de subjetificación (Rose 2003; Hall 2003; Restrepo 2007; entre otros) —la constitución de sujetos heterogéneos– operan en diversas matrices, combinando diferentes escenarios, trayectorias, interpelaciones e interseccionalidades. Así, clase, género, edad, etnicidad, nacionalidad, entre otros, constituyen clivajes cuyas formas de entramarse habilitan/deshabilitan ciertos modelos de subjetividad y, en consecuencia, determinadas prácticas, estilos, corporalidades, performances, derechos y discursos. Por lo tanto, reflexionar sobre las trayectorias de las personas desde la articulación contextual y cambiante de sus clivajes nos permite comprender por qué las diferencias y las interpelaciones entre los grupos no son absolutas. Por el contrario, son relacionales, contextuales, dinámicas y atravesadas por agencias y relaciones de poder.
Pensando en la trayectoria de Isabel Catriman, creemos que es importante analizar estos escenarios, interpelaciones, acciones y discursos que configuran el contexto del conflicto que atraviesa la Lof. En este camino, entender los modos en que la articulación de clivajes operan en la causa de Isabel Catriman no solo nos ayudará a dar cuenta de la densidad de la trama social a partir de la cual esta mujer anciana mapuche encara su lucha y resistencia, sino, además, de la manera en que esa misma interpelación habilita también las acciones violentas e impunes con las que actúan los privados y los poderes locales de la región.
Sobre los hechos y el conflicto
El 6 de marzo del 2020, apenas iniciada la cuarentena nacional, Isabel y su familia se enteran que unos empresarios pretendían que “quedaran encerrados en su propio campo”. Aquel día, Alejandro Samamé y Nahuel Serra se presentaron en la casa de Isabel Catriman junto con un escribano para informarle que ellos eran “los nuevos dueños” e incitarla a que firmara los respectivos “papeles”. Dos meses después, a principios de mayo, estos empresarios volvieron al campo para informarle que dejarían a cuatro empleados vigilando el lugar. Desde ese momento, el transcurrir habitual de la vida de Isabel se vio profundamente alterado por el empeño de estos hombres en quebrantar su determinación de permanecer en su territorio. Durante todo este tiempo, Isabel viene denunciando que sufre diferentes hostigamientos por parte de los privados y sus empleados, quienes instalaron una casilla muy cerca de su casa con el propósito de “vigilar” a la familia mapuche.
En esos meses en los que nos encontrábamos en un contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio, tanto los empresarios como sus empleados circulaban libremente por el territorio, mientras obligaban a dos personas mayores (de 79 y 60 años) a quedar acorralados en el medio del bosque. Aquellas personas no solo se instalaron en el lugar, sino que, además, fueron cambiando los candados de las tranqueras y empezaron a controlar los accesos y salidas del campo designando arbitrariamente quiénes podían entrar y quiénes no en el territorio de la Lof.
En este escenario de atropellos y violencias, Isabel ha realizado numerosas denuncias, exigiendo a la justicia actuar inmediatamente. Sin embargo, hasta el momento, ha obtenido pocas respuestas y acciones judiciales favorables. El litigio por el territorio se inscribe así en un entramado de poderes y privilegios entre empresarios y agentes del Estado (al respecto ver https://memoriasalterizadas.files.wordpress.com/2021/04/quien-es-quien-1.pdf ), en una configuración de desigualdad donde se propicia que una mujer, anciana y mapuche puede ser avasallada con total impunidad.
Sujeto político de derechos y, simultáneamente, una condición de desigualdad
Son innumerables los abusos e injusticias que vienen sufriendo lxs integrantes de la Lof Catriman Colihueque desde el año pasado hasta la fecha (al respecto ver https://gemasmemoria.com/2021/03/18/cronica-urgente-sobre-la-lof-catriman-colihueque-en-cercanias-al-parque-nacional-los-alerces-chubut/). También son incontables las denuncias y demandas que tanto Isabel como su hija y su primo vienen realizando desde que los privados comenzaron a perturbar el desarrollo cotidiano de sus vidas. Isabel no deja de recordar uno tras otro estos avasallamientos a su persona y a su territorio, haciendo explícita su condición de desigualdad por ser pobre, mapuche y anciana:
El año pasado… qué manera de morir los animales porque estos (los cuidadores que pusieron los privados) salían a cazar jabalíes y quedaban las vacas mal caídas ahí. Yo puse queja y la policía dice que no podía venir, que no tenía camioneta: “que no podemos pasar el río”. Hasta le ofrecí caballo para pasar a caballo, tampoco, no hay voluntad. Por eso cuando vino el oficial la última vez, yo no daba más, como que no dormía a la noche, me despertaba y se me venía eso a la cabeza, y llega una tarde como a esta hora, llega un oficial, una mapuche era. El otro era un winka. Y me dice: “Cómo anda abuela?” “Yo no ando nada bien”, le digo, “al contrario estoy pasando un mal rato acá. Si ustedes no hacen nada para uno, porque uno es pobre, yo soy una pobre vieja” le dije, “no hacen ni una justicia para mí, todo es para los que tienen plata, para mí también tiene que haber justicia. Si yo le estoy diciendo la verdad de lo que estoy pasando”, le digo, “y si ustedes no proceden voy a proceder yo, ¿está claro? y si me viene a sacar ustedes me van a sacar muerta de acá”, ya estoy cansada, no doy más. Están pasando todos los días con perros, pasan acá enfrente, bajan a los gritos, pasan con el perro dogo, me va a morder un ternero. ¿Y quién va a perder? soy yo que voy a perder (Isabel Catriman 2021)
La vida de Isabel está atravesada por muchas situaciones tristes y de desigualdad; experiencias con las que tuvo que aprender a lidiar y luchar. Son estas vivencias las que le enseñaron a sobrellevar las dificultades y a defenderse a sí misma, a pesar de tener que hacer ambas cosas en contextos asimétricos de poder. (ver https://gemasmemoria.com/2020/05/17/la-historia-de-isabel-catriman-el-conflicto-territorial-en-laguna-larga-provincia-de-chubut/). Ella no solo resistió sola con su hija y su primo en el territorio, sino que, además, inició su lucha explicitando las asimetrías que la atraviesan ante quienes deben velar por su seguridad.
“Pero me voy a vengar, lo voy agarrar a palos nomás, con un palo nomás me arreglo”. Y el winka me miraba. “Se enfureció esta vieja”, pensó. Y me dice “no, lo que vamos hacer es pedir que los saquen, abuela”. Porque yo me puse cabrera los sacaron a estos porque sino no sé cómo hubiera pasado el invierno. En mayo los sacaron. Y ahí que le contaba que me fui a caminar hasta la bajada fea y volví pero parecía que había salido recién de la sepultura ¿Sabes cómo estaba de angustiada? (Isabel Catriman 2021)
Frente a esta situación, y como respuesta a la solicitud de la abogada de la comunidad, la Jueza Mariela Alejandra González otorgó una medida cautelar en la que le prohíbe a Alejandro Samamé, Facundo Nahuel Serra, Audencio Díaz, Pablo Leonardo Díaz, Roberto Eduardo Cocco Rodrigo y a Gastón Lucas Marchan “el contacto absoluto con la Sra. ISABEL CATRIMAN, lo que incluye el impedimento de acercarse a un radio menor de 2 km metros del domicilio sito en Lote 5, laguna “El martillo”, zona de laguna Larga, y a quinientos (500) metros de cualquier lugar en que la misma se encuentre por fuera del lugar señalado en primer término” (Expte N° 166/2020- “CATRIMAN, ISABEL S/ Medida Cautelar”, Esquel, 15 de Mayo de 2020.- Juzgado de Familia). Va a ser entonces la condición de mujer pero fundamentalmente la condición de “mujer indígena”, la que el Estado –a través de la Jueza– le reconoce a Isabel para considerarla como una persona en condiciones estructurales de desigualdad y, por ende, para dictaminar una orden de restricción hacia estos privados:
“Se apela a la obligación del Estado de velar por la seguridad de la mujer, sobre todo en su condición de mujer indígena y rural (…) para reequilibrar la descripta condición de desventaja estructural que la atraviesa (…) entiendo necesario partir de considerarla en situación de desventaja estructural frente a las maniobras desplegadas por un grupo de hombres -desconozco si solos o individualmente- respecto del predio donde ella reside y despliega su condición de mujer rural” (Expte N° 166/2020- “CATRIMAN, ISABEL S/ Medida Cautelar” Esquel, 15 de Mayo de 2020.- Juzgado de Familiar).
No obstante, son esas mismas asimetrías reconocidas por el Estado las que habilitan a estos empresarios a continuar hostigando a Isabel, a desoír e incumplir las órdenes de restricción y de acceso al campo, así como la prohibición de “hacer mejoras” en el territorio. Los privados volvieron a ingresar al campo y a actuar con total impunidad:
Y después pusieron a Ñancucheo, cuando fueron a declarar Gregorio y mi hija, yo me quedé acá. Y había nieve y ellos no va que entraron por acá con madera, entraron por atrás escondidos, yo los vi. Yo le dije todo a la jueza, y ellos estaban así, como que no sabían nada. Es una cosa que uno te cree y otro no, pero yo todo lo que me hicieron lo tengo acá. Se sintió el ruido de la camioneta y todo. Mientras ellos (su hija y primo) estaban en el tribunal, dijeron “¡que! está sola la vieja vamos a aprovechar” Pleno invierno era. Habían hecho un sucucho ahí. Esperaron que se fuera mi hija con Gregorio a traer las vacas, más vacas para darle forraje acá que había nieve, y empezó a trabajar Ñancucheo. Ahí empezaron a construir, a finales de agosto techaron, lo techó López, rápido, rápido, rápido. Ellos buscan que se enoje mi primo y pelear. Porque entonces es fácil correr a la vieja. Eso es lo que estaban buscando… (Isabel Catriman 2021).
En este sentido, enfatizamos que el lugar del cuerpo posee especial relevancia en este contexto de resistencia, puesto que se trata de corporalidades que se encuentran atravesadas por el clivaje etario y la carga social, simbólica y física que ello conlleva. Recordamos, además, que nos encontramos en un contexto de pandemia que implica que tanto Isabel como Gregorio forman parte del “grupo de riesgo” reconocido por el Estado nacional y por organismos internacionales (OMS); clivaje etario (ancianxs) más grupo de riesgo (por pandemia) se entraman también con los clivajes de género (mujer) y de etnicidad (indígena), que estructural e históricamente la posiciona en una profunda desventaja.
Así, la corporalidad de Isabel encarna diversos procesos socioculturales e históricos de desigualdad, que se espejan en su sufrir, en sus historias, contadas y saberes. A la vez, esa conjunción de experiencias encarnadas se objetiva como categoría con significados legales, y se transforma en herramienta para defenderse, resistir, luchar y reclamar derechos en el lenguaje de las leyes que se promulgaron para identificar y remediar las situaciones de violencia a las que son sometidos ciertos sectores “vulnerables para el Estado”. Desde el punto de vista de los derechos, en la persona de Isabel se deben reequilibrar las condiciones de múltiples desigualdades, puesto que en ella se identifican las vulnerabilidades de lxs indígenas, de las mujeres y de las personas mayores. No obstante, y como lo denuncia incansablemente Isabel, en la práctica cotidiana, estas herramientas jurídicas no terminan cumpliendo su función. Es en el “estar ahí” –un cuerpo en un territorio– donde se juegan y despliegan estrategias, corrimientos, desplazamientos, miedos y defensas:
Ahí fue que se volvieron locos. Llegó el padre de Samame y la madre de Samame. Cortaron la cadena, pusieron otro candado, hicieron volar el candado que tenía yo y después cortaron allá también. Uno a tras de otro. Es terrorífico, porque si ellos fueran los dueños, así como dicen, no harían eso que hacen, de entrar por atrás. Nos andaban espiando. Tengo que salir escondido para que no vean que ella (Isabel) queda sola. La pasamos durísimo. Lo único que pedimos es que sea efectivo. Si fuéramos jóvenes sería otra cosa… (Gregorio Cayulef 2021).
¿Cuáles son los fundamentos por medio de los cuales estos empresarios pueden desestimar una cautelar e incumplirla? Legalmente, estas personas usan el derecho de la propiedad privada —derecho que, además, no ha sido probado aun (al respecto ver https://gemasmemoria.com/2021/04/26/la-produccion-de-la-nocion-de-intrusas-la-complicidad-del-iac/). Desde una posición opuesta a la de Isabel, estos privados –hombres, adultos jóvenes, descendientes de europeos y de clase alta o media alta– hacen uso de sus privilegios o, parafraseando a la Jueza, de sus condiciones estructurales de ventaja. Sus experiencias corporales ponen en práctica un habitus de fácil acceso a las instituciones del Estado, una voz propensa a su inscripción en discursos autorizados y un hacer difícilmente punible por estar acolchonado en redes de poder. Se trata de un sector de la sociedad que, sabiendo de sus condiciones estructurales de ventaja, da por sentado que, si apela a la propiedad privada, puede desestimar las denuncias en su contra o incumplir las órdenes dispuestas por la justicia local. Es por tal situación que la abogada de la comunidad tuvo que volver a presentar ante la justicia una confirmación de la sentencia para frenar el accionar de Samame, Serra y sus empleados contra la comunidad. En la confirmación de la Sentencia Interlocutoria (12 de junio del 2020), la Cámara de Apelaciones agrega a la situación de vulnerabilidad de Isabel como mujer indígena, un énfasis particular en su condición de “anciana”:
[…] en nuestro sistema jurídico no existen derechos absolutos. El derecho de propiedad bien puede ser limitado temporalmente para resguardar la seguridad y tranquilidad de una persona a la que los mismos recurrentes reconocen como vulnerable por su género y edad (…) Sin perjuicio de lo sostenido en los considerandos del cuerpo principal de esta sentencia, estimo así mismo que los operadores jurídicos que intervinieron hasta hoy omitieron ponderar una cuestión puntual que debió necesariamente tenerse en cuenta al tiempo del dictado de la medida restrictiva dispuesta y que abona la decisión arribada cual es la edad de la Sra. Catrimán (78 años), circunstancia etaria que reclama el reconocimiento de su condición de adulto mayor y sujeto de tutela preferente en función de diferentes instrumentos de autoridad, recomendaciones, declaraciones y convenciones del sistema internacional de derechos humanos (…) Pese a tales normativas y consecuentes progresos, en este escenario resulta evidente que el mero reconocimiento formal de la igualdad de derechos sin distinción alguna, como ocurre en los actuales instrumentos internacionales de derechos humanos o en las mismas legislaciones nacionales o provinciales, ellas per se no resultan suficiente para cambiar la situación de desventaja de las personas mayores, puesto que la estructura e ideología dominante impiden en los hechos su realización práctica. Aunque existan normas que promuevan la participación de las personas de edad en la sociedad, suelen resultar insuficientes porque no hay un contexto propicio que les facilite el ejercicio pleno de la ciudadanía. La sociedad las segrega en razón de su edad y constituyen un grupo con presencia limitada en las estructuras de poder, lo que perpetúa su posición asimétrica para hacer escuchar su voz y sus demandas, cuestión que aparece entonces parcialmente remediada a partir de la efectiva realización de los derechos de aquellos adultos mayores con el dictado de medidas como la que se confirma” (Expte nº: 56/2020, Esquel, Cámara de Apelaciones, 12 de junio del 2020)Vemos, entonces, que tanto los testimonios de lxs integrantes de la Lof como las medidas cautelares y documentos judiciales visibilizan la situación de atropello e impunidad que se encuentra viviendo Isabel Catriman como mujer anciana, pobre y mapuche.
El reconocimiento del Estado de esta mujer mapuche como una persona que estructuralmente está en condiciones de desigualdad expone una paradoja fundamental. Por un lado, nos encontramos con la declaración —por parte de la justicia– de la vulneración de los derechos de Isabel como una mujer, indígena, a la que luego se le suma su condición de ancianidad. Nos preguntamos, entonces, ¿Cuántas mujeres que se encuentran en situaciones similares a las de Isabel tienen acceso a estos conocimientos legales, a poder ser defendidas y a exigir ante el Estado por el cumplimiento de sus legítimos derechos?
Por otro lado, vemos que son esas mismas condiciones de asimetría estructural las que habilitan a estos empresarios a actuar impunemente, avasallando los mismos derechos que el Estado reconoce en nombre de la propiedad privada y haciendo uso de su condición de ser hombres con ciertos accesos y relaciones de poder (al respecto ver https://gemasmemoria.com/2021/04/26/la-produccion-de-la-categoria-mapuches-violentos-la-complicidad-de-la-fiscalia-y-las-fuerzas-de-seguridad/)
Breves reflexiones
Prestar atención a los entramados de poder implica analizar los márgenes de maniobra y las posibilidades de agencia en sus propios contextos sociopolíticos e históricos. Este abordaje nos permitirá entender que las asimetrías no se tratan únicamente de una distribución desigual de capitales —económicos, sociales, simbólicos—, sino también de la disponibilidad diferencial de trayectorias (experiencias, saberes, relacionalidades) en las configuraciones sociales hegemónicas (Briones, 2005).
En particular, el conflicto que se encuentra viviendo Isabel Catriman debe ser contextualizado en una historia familiar y personal de más larga duración. Explicar las desigualdades que atraviesan la vida de Isabel implica adentrarnos en su trayectoria de vida y en las formas en que se han ido entramando, de complejas maneras, condicionamientos de edad, etnia/raza, clase y género. Sostenemos que las experiencias de desigualdad en la vida de Isabel no pueden ser atendidas de formas separadas, sino más bien, prestando atención a la forma en que se articulan en marcos de lucha y a la luz de sus contextos de acción y hegemonías.
Consideramos, por lo tanto, que género, edad, clase y etnicidad actúan en la trayectoria de esta mujer anciana, pobre y mapuche creando las condiciones interseccionales que la definen. Estos clivajes articulan en distintos encadenamientos de sentidos, con diferentes efectos en la vida social de las personas. Por un lado, condicionan los circuitos de movilidad, de acceso y de agencia por los que puede transitar Isabel sin sentirse amenazada. Por otro, habilitan formas de empoderamiento al definir sujetos de derecho. Finalmente, y para otrxs, permiten la reproducción de prácticas de discriminación, exclusión, avasallamiento e impunidad.
Estas interseccionalidades articulan de formas particulares en cada contexto histórico y actual. En el caso de Isabel, ser una mujer anciana, pobre y mapuche condiciona y empodera sus formas cotidianas de defender y luchar por su territorio. Si bien esas condiciones de desigualdad, al ser objetivadas en derechos, empoderan la lucha de Isabel, también es cierto que, en la práctica concreta y cotidiana, siguen operando como jerarquías, impunidades y privilegios. Esto ocurre cada vez que los empresarios o sus empleados continúan adelante con el proyecto de despojo territorial valiéndose centralmente de esas condiciones de desigualdad: cada vez que ingresan a su territorio (incluso a su casa) con prepotencia, todas las noches que alumbran su casa con reflectores, cuando largan los perros, al espiar sus movimientos, al intervenir y transformar su territorio, al clausurar los caminos con candados, al mentir cuando hacen las denuncias, al impedir que su hija la visite, entre otras situaciones.
Sin embargo, estamos convencidas que, desde su misma condición de mujer anciana, pobre y mapuche, Isabel ha ido resignificando y fortaleciendo su larga trayectoria de lucha. En tanto mujer anciana, pobre y mapuche, Isabel despliega sus acciones de resistencia y sostiene, junto con su familia, una persistente defensa de sus derechos y de su territorio.
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¿Cómo opera la hegemonía judicial en la producción de un “conflicto territorial” con el Pueblo Mapuche Tehuelche? Los expedientes de la Lof Catriman Colihueque. Disponible: https://gemasmemoria.com/2021/04/26/como-opera-la-hegemonia-judicial-en-la-produccion-de-un-conflicto-territorial-con-el-pueblo-mapuche-tehuelche-los-expedientes-de-la-lof-catriman-colihueque/
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La historia de Isabel Catriman. El conflicto territorial en Laguna Larga, Provincia de Chubut. Disponible: https://gemasmemoria.com/2020/05/17/la-historia-de-isabel-catriman-el-conflicto-territorial-en-laguna-larga-provincia-de-chubut/
Referencias bibliográficas
Briones, C. (2005). “Formaciones de alteridad: contextos globales, procesos nacionales provinciales”. En Claudia Briones (ed.), Cartografías argentinas: políticas indigenistas y formaciones provinciales de alteridad. Buenos Aires: Antropofagia, pp. 11-43.
Briones, C., Siffredi, A. (1989). Discusión introductoria sobre los límites teóricos de lo étnico. Cuadernos de Antropología. n°3: 5-24.
Cabrapán, M., Kropff, L. Sendyk, S. y Stella, V. (2014). Travestismos comparados. Una aproximación etnográfica desde la perspectiva de Judith Butler. Revista Identidades. n°7, año 4: 1-15.
Kropff, L. (2008). Clase, etnicidad y edad en el movimiento estudiantil-juvenil barilochense en la década de 1990. Jornadas de Historia de la Patagonia, 6.
Kropff L. y Stella, V. (2017). Abordajes teóricos sobre las juventudes indígenas en Latinoamérica. LiminaR, 15(1), 15-28.
Hall, S. (2003). «¿Quién necesita la identidad?» En: Stuart Hall y Paul du Gay (eds), Cuestiones de Identidad. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
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Restrepo, E. (2007). Identidades: planteamientos teóricos y sugerencias metodológicas para su estudio. Jangwa Pana. Revista del Programa de Antropología de la Universidad del Magdalena, 5, 24-35.
Rose, N. (2003) [1996]. “Identidad, genealogía, historia”. Cuestiones de Identidad. S. Hall y P. Du Gay (eds.). Buenos Aires: Amorrortu.
Documentos
Expte nº: 56/2020Esquel, Cámara de Apelaciones
Expte N° 166/2020- “CATRIMAN, ISABEL S/ Medida Cautelar”Juzgado de Familiar
FUENTE: Gemas