Por Tatiana Fernández Santos
Pasaron 7 semanas desde que se desató la tormenta de fuego que se cobró la vida de tres personas y que arrasó en pocas horas con más de 500 viviendas en la zona chubutense de la Comarca Andina. La catástrofe fue iniciada a partir de focos ígneos que ardieron en simultáneo en distintos puntos de las localidades de Lago Puelo y El Hoyo y no pudieron ser controlados. El fuego avanzó con rapidez debido a los vientos del norte, a las altas temperaturas, a los pinares que rodeaban las viviendas y a la cantidad de residuo forestal combustible que había disponible en la zona.
Les vecines de la región afectada se reubicaron y reconstruyen sobre las cenizas de los terrenos quemados. La solidaridad de amigues, familiares, personas autoconvocadas, organizaciones sociales y trabajadores municipales acompañan en el territorio. Los anuncios que el Estado Nacional realizó para la región llegan de manera paulatina y con burocracias ininteligibles en medio de una emergencia, mientras que en los testimonios de les vecines afectades prima una sensación de Estado ausente: principalmente por la demora en que se reestablezcan los servicios y porque aún no se asiste en la construcción de manera directa ni se emplazan los módulos habitacionales de emergencia prometidos.
Según los relevamientos parciales llevados adelante por la municipalidad de Lago Puelo, hasta el momento se identificaron 511 sitios afectados, en los cuales hay 392 viviendas que presentaron pérdidas totales y 102 que presentaron pérdidas parciales. En total se vieron afectadas 1055 personas, entre las que se encuentran 112 adultes mayores, 27 personas con discapacidad y al menos 16 mujeres solas con niñes.
Renacer de las cenizas
Escritura Feminista habló con vecines de las zonas afectadas, con personal de prevención del Servicio Nacional de Manejo del Fuego y con funcionaries locales para comprender el estado de situación: los reclamos de les afectades, los tiempos para que se reestablezcan los servicios, las posibilidades de reconstruir en los terrenos con el suelo erosionado, cómo llega la ayuda del Estado Nacional.
«La reconstrucción de mi casa fue todo construcción en seco, con placas OCB, con tirantearía, placas para el entrepiso, techo y paredes revestidas con durlock, con fibra de cemento por fuera, con aislante de lana de vidrio, ventanas y puertas que nos donaron y todos los materiales los compramos con plata que nos donaron», explicó Juan, vecino de la Parcela 26, quien también nos relató cómo sobrevivió al fuego dentro de una pileta.
«El terreno está bien, está igual que antes. Más allá de lo quemado la tierra sigue igual de firme. Nos ayudaron con la construcción amigos y familiares pero fue todo por nuestra cuenta. Por parte del gobierno todavía no recibimos nada para construir, pero si algo llega es bienvenido», añadió el joven de 32 años.
Eve, su compañera, relató que «al principio fuimos a vivir a lo de unos amigos que nos prestaron la casa y ahora estamos en una cabaña que nos alquila la Municipalidad. Por suerte al menos nos ayudan en esto, sino tendríamos que poner más de cien mil pesos en estos meses sólo de alquiler y encima lo que ponemos para la reconstrucción».
«A mí no se me quemó la casa, pero se me quemó un galpón con herramientas, me dijeron que lo que compre lo facture para después presentarlo en la municipalidad, pero aún está muy desorganizado y no tenemos la plata en este momento, así que se acercaron a explicarme que puedo acceder a créditos», contó Roxana, vecina de Radal cuya casa «se salvó de milagro» mientras toda la vegetación que la rodeaba fue alcanzada por el fuego.
Por su parte, al ser consultado por los trabajos que llevan adelante desde la municipalidad, el secretario de Planificación Estratégica de Lago Puelo, Federico Vercelli, explicó que «se está asistiendo en puntos estratégicos con baños químicos a quienes trabajan en el territorio y con 100 servicios de volquetes semanales para los escombros y materiales que se necesiten arrojar. También realizamos la carga de tanques australianos para quienes lo soliciten y llevamos ripio y levantamos escombros. Tenemos tres cuadrillas que trabajan para reestablecer el sistema hídrico y con apoyo del gobierno nacional pudimos contratar 60 personas para que realicen la tala y la poda bajo los tendidos eléctricos. De esta manera asistimos a los trabajadores de la Dirección General de Servicios Públicos Provinciales para reestablecer la energía».
Respecto de los módulos habitacionales que se anunciaron desde el Estado Nacional, otro funcionario local explicó a Escritura Feminista que se contrató a un especialista que realiza el estudio del suelo antes de construirlos para evitar futuras catástrofes como inundaciones en las zonas donde estos se coloquen y que el primero se emplazará hoy, martes 20 de abril. Asimismo, manifestó que también existen líneas de créditos para la construcción y para productores que perdieron sus herramientas de trabajo. Además, aseguró que se trabaja a diario de manera interinstitucional en la región afectada: un referente barrial, un referente de una organización no gubernamental -como clubes, scouts, etc.- y un referente municipal se reúnen todos los días para responder a las demandas inmediatas en el territorio.
La catástrofe previa a la catástrofe
Un trabajador (cuya identidad pidió fuera preservada) del área de prevención del Servicio Provincial de Manejo del Fuego de Chubut asegura que «todo esto se podría haber evitado si los mantenimientos se realizaban como es debido y con tiempo, si las viviendas no se encontraran tan cerca de bosques, si no tuviéramos hectáreas y hectáreas de pino Oregón, si los residuos forestales se produjeran y se recogieran cuando es debido. Pero los recursos siempre llegan cuando es demasiado tarde».
Si bien se evalúa la intencionalidad del inicio de los focos ígneos y hay una investigación en curso, existen otros factores que aportaron a que se desencadenase esta catástrofe y que forman parte de una problemática estructural de la región.
Por un lado, parte de las zonas afectadas por los incendios no contaban con una urbanización planificada: no contaban con servicios ni eran propiedades delimitadas ni regularizadas, producto de un crecimiento exponencial y acelerado de la población en la región que no se condice con la capacidad de los servicios disponibles. Además, todas las viviendas se encontraban rodeadas de vegetación y en su mayoría se trataba de zonas de difícil acceso.
Por otro lado, las altas temperaturas sin precedentes en la Comarca Andina, las sequías, la cantidad de material combustible como residuos forestales, la abundancia de pinares -filas y filas de pinos Oregón de fácil y alta combustión- y la precariedad de los tendidos eléctricos producto del abandono provincial de la Dirección General de Servicios Públicos (DGSP) son factores que generaron las condiciones adecuadas para que los incendios se descontrolaran en pocas horas y provocaran la tragedia dantesca que ya conocemos.
¿Cómo se puede colaborar?
Pasaron tan sólo 7 días desde que se lograron extinguir los últimos focos de los incendios que comenzaron el 9 de marzo en la zona chubutense de la Comarca Andina. Ahora uno de los trabajos fundamentales que quedan por delante es el de reconstruir las casas perdidas y una ciudad cuyos servicios no estaban pensados para la cantidad de personas que habitan la localidad.
Desde la cuenta de Instagram @abrazoalacomarca, se publican las historias detrás de las personas que sufrieron pérdidas totales o parciales de sus viviendas y chacras. La colaboración se hace de manera directa y por depósito bancario a cada familia. También se comparten los teléfonos y las necesidades específicas de quienes se vieron afectades por la catástrofe.
Otra forma de colaborar es ayudar a que la peor catástrofe socioambiental que se vivió en esta zona cordillerana de la Patagonia no sea olvidada: compartir esta información, mantenerse en contacto con quienes viven en la zona, seguir cuentas e informantes que hablen sobre el estado de la situación – @defensadelbosque -. La resiliencia de quienes trabajan en sus terrenos es también gracias a la esperanza sostenida en la solidaridad de amigues, vecines, familiares, personas autoconvocadas y organizaciones sociales. El acompañamiento estatal deberá ser un pilar fundamental, si está a la altura de las circunstancias, para poder pensar y proyectar la reconstrucción organizada de las zonas y localidades afectadas.
Fuente: Escritura Feminista