A medida que pasan los días, se van conociendo más detalles del caso de Joaquín González, el joven electrocutado por un cable de mediana tensión hace unos días en la ciudad de Puerto Madryn.
Más allá del llamativo silencio de algunos medios de comunicación, afines a Servicoop, lo se pudo relevar que el joven no tocó ningún cable (el médico habría informado que no encontró rastros de entrada ni salida) lo que hace suponer que se produjo un arco voltaico; es decir que fue víctima de una descarga de energía por proximidad que habría impactado en el balcón, justo donde estaba apoyado el joven.
El balcón no solo está a más de un metro de la línea municipal, lo que hace evidente la falta de controles por parte del Esfadl, sino que el cable de 33 mil voltios debería tener una distancia precautoria para evitar estos casos.
Sin avión sanitario
Dado que la descarga le produjo quemaduras en el 40% del cuerpo, se derivó al joven a la ciudad de Buenos Aires, al Instituto del Quemado. Para ello, se pidió el avión sanitario de la provincia, pero el mismo se encontraba llamativamente en reparación, algo que casualmente no suele suceder en épocas de campaña, aunque esta situación merecería un análisis amplio y contextualizado.
Lo cierto es que se tuvo que contratar un avión privado para su traslado, haciéndose cargo la provincia del elevado costo que tiene este tipo de transporte, sumado a los potenciales peligros sanitarios que incluye el viaje para el paciente en este tipo de aviones no preparados.
Servicoopdice que tenemos más deuda que antes
A algún distraído podría ocurrírsele que esto se trata de una broma, si no fuera porque el presidente de Servicoop, Lucas Marani, salió a los medios a informar que la entidad podría volver a tener una deuda como en 2012 si no los concejales no autorizan el aumento de tarifas.
No solo no es una broma, sino que se trata de una presión reforzada que la cooperativa está ejerciendo sobre el Ejecutivo mediante el Concejo Deliberante para que se apruebe una ordenanza de aumento retroactiva. Un disparate legal y financiero, porque en el año 2012, el promedio de una factura residencial era de aproximadamente de 300 a 350 pesos y hoy es de 2500 a 3000 pesos, casi diez veces más.
A pesar de ese dato, el anterior aumento provocó un brutal ajuste sobre el bolsillo de los usuarios porque fue aprobado junto al aumento del impuesto inmobiliario y automotor por parte del municipio de Madr.
En ese momento se utilizó como argumento estrella la deuda que Servicoop tenía con CAMESA (mayorista de energía). Sin embargo, ese aumento descomunal de los últimos años nos encuentra con la misma deuda que hace seis años pero con una tarifa 10 veces mayor.
El fracaso del Estado
Llama la atención que Servicoop informe sobre una deuda, esperando que el contribuyente realice un acto de fe y acepte un nuevo aumento sin que la entidad, de una vez por todas, abra sus números.
Sucede que las sospechas sobre el nepotismo feroz en Servicoop es tan grande, sumado a las masas salariales, cantidad de empleados y contrataciones dudosas, que eso permite explicar por qué la Cooperativa mantiene en secreto sus datos financieros.
En el mundo de la política, siempre se dice que las cooperativas han sido la caja líquida para hacer política, por ello no es de extrañar que el estado no intervenga para regularizar una deuda eterna que es un agujero negro, donde se lo toma por idiota útil al contribuyente, esperando que siga financiando el desfalco y la corrupción.
Parece que la dirigencia política se aprovecha de un pueblo pacífico; y eso impide a la dirigencia darse cuenta de que todo tiene un límite y muchas veces la cara de ese límite es la fuerza o los estallidos de violencia.