Por Daniel Satur

“Lazos internacionales”. Coloniaje armado: la Federal recibió con honores al representante del FMI en Argentina

Así lo difundió la misma fuerza represiva que comanda Aníbal Fernández. El británico Ben Kelmanson, designado en enero representante del FMI en Argentina, fue recibido con honores por el jefe de la Federal Juan Carlos Hernández. En la reunión participó un exmilitar argentino que ahora es “oficial de seguridad” del Fondo en el país. Una muestra muy gráfica de qué quiere decir que el ajuste no puede pasar sin represión.

A las 11:25 de este viernes causó sorpresa a más de uno un tuit publicado en la cuenta oficial de la Policía Federal Argentina. Allí se anunciaba, junto a un video institucional, que el jefe de esa fuerza represiva nacional, comisario general Juan Carlos Hernández, recibió en la sede de la institución nada menos que Ben Kelmanson, el funcionario del Fondo Monetario Internacional que desde enero fue designado representante del organismo en Argentina. El tuit termina con el sugestivo hashtag “#LazosInternacionales”.

Como ya se informó en este diario, desde mediados de enero Ben Kelmanson está a cargo de la oficina que del FMI en el país. Antes de desembarcar en Argentina, el economista del Fondo estuvo en Turquía, Moldavia y Letonia. Y durante años ya había trabajado como asesor del Directorio Ejecutivo del Reino Unido en el board del FMI y también en el Tesoro británico. Es decir, un general al servicio de la dominación colonialista, imperialista y saqueadora de los pueblos del mundo.

Vale recordar que el FMI reabrió su oficina en Buenos Aires en 2018, tras concretarse el préstamo stand-by de U$S 45.000 millones contraído por el gobierno de Mauricio Macri. Préstamo que la gestión de Alberto Fernández y su ministro Martín Guzmán se proponen legitimar a través de un nuevo acuerdo con el Fondo que aumentará aún más la dependencia y el atraso de Argentina.

Como lo anunció la propia Federal en su tuit, Kelmanson fue acompañado en su visita a la sede de la Policía por José Antonio Zabala, quien desde diciembre de 2020 oficia de “coordinador local de Seguridad” del FMI. A su vez desde hace casi una década da cursos y es miembro del staff de “observadores militares” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Previamente a su “salto” a la arena imperialista internacional, Zabala fue durante 17 años oficial del Ejército Argentino, especializado en las áreas de Inteligencia y de Control y Gestión del Regimiento de Granaderos, además de profesor en la Escuela de Caballería.

Según él mismo se presenta públicamente, su “experiencia profesional” le dio “la oportunidad de trabajar en un entorno internacional bajo presión, con la posibilidad de resolver situaciones críticas y liderar equipos profesionales. Liderazgo, polifuncional, proactivo con gran capacidad de análisis y habilidades comunicativas”, afirma en su carta de presentación que se puede leer, entre otros lugares, en la red social Linkedin.

Fuentes del Ministerio de Seguridad que conduce Aníbal Fernández (bajo cuya órbita opera la Policía Federal) afirmaron que la visita de Kelmanson y Zabala a la sede de la calle Moreno al 1500 de la Ciudad de Buenos Aires se debió a que el representante del FMI en el país quería conocer a sus “custodios”, ya que esa fuerza federal tendrá a su cargo la preservación de la seguridad personal de los funcionarios del Fondo.

Curioso. El ministro Fernández (experto en cipayismo y genuflexión ante las potencias imperialistas) quiso “bajarle el precio” a aquello que la propia Policía Federal sintetizó públicamente en un breve y contundente hashtag: “Lazos Internacionales”.

Seguramente en la visita protocolar a la sede policial no se haya hablado en detalle de la represión que el Estado argentino debe estar presto a descargar sobre la población trabajadora cuando, tarde o temprano, las protestas y movilizaciones contra el ajuste coordinado entre el Gobierno y el FMI se profundice. Lo cierto es que Kelmanson y Zabala ya fueron recibidos en las oficinas de una de las instituciones que tendrá esa tarea a su cargo. Y, encima, lo despidieron con una placa honorífica. Como para que no queden dudas el tipo de consideración que se tiene para con él.

Fuente: Izquierda Diario

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