Esta tarde, asumió Sergio Massa, como eligió denominarse, “Super Ministro”, ya que dirigirá el Ministerio de Economía, Producción y Agricultura, aunque su influencia abarcara otras áreas del gobierno. En un clima de algarabía, los más de 500 invitados aplaudieron y cantaron transformando la asunción en una verdadera ceremonia de toma del gobierno en la sala del Museo del Bicentenario. Luego, el anunció de medidas para seguir las exigencias del FMI y lograr «el orden» ante la crisis.

Funcionarios, sindicalistas, empresarios, todos querían felicitar a Massa. Sonaban los cantitos de un grupo que seguía a Malena Galmarini: “¡Borombombóm, borombombóm, somos del Frente Renovador!”, y la intervención de Massa para que dejen de cantar. Entre los invitados hubo una fuerte presencia empresarial: Marcelo Mindlin de Pampa Energía, y Vila y Manzano del Grupo América y Edenor. También estuvo presente De Narváez y Brito de Banco Macro, entre otros. En tanto, entre los sindicalistas de la CTA y la CGT remarcó la presencia de Antonio Caló y Pablo Moyano.

Afuera un grupo de manifestantes protagonizo los primeros incidentes cuando agredió a varios vehículos de funcionarios mientras ingresaron al recinto. La policía informó que tres personas fueron detenidas.

Massa accedió al poder en medio de una corrida financiera y mediante una operación de presión, que incluyó un fuerte lobby desde los medios y desde grupos empresariales que ya habían perdido la confianza en el Presidente. El líder del Frente Renovador tiene una imagen negativa que pasa el 60%, similar a las que tienen otras figuras como Cristina Fernández o Daniel Scioli, pero sin base propia. El funcionario ganó mala reputación tras pendular desde la oposición al oficialismo en su carrera política.

Las primeras medidas como “Super Ministro” van en línea con las exigencias con el FMI. Sobre todo se cumplirá la meta del 2,5 de déficit establecida por el presupuesto y no se utilizarán Adelantos del Tesoro por lo que resta del año. Para fortalecer las reservas anuncio un conjunto de medidas para «adelantar las liquidaciones a los exportadores» en los próximos 60 días por un total de 5.000 millones de dólares. También habrá recompra de titulos de deuda y prometió dejar la emisión para «arreglarse con los recursos propios» y los prestamos del mercado.

Como ya había anunciado hace días previos, habrá un congelamiento de la planta del Estado para todos los sectores de la administración pública nacional centralizada. También señaló que habrá una auditoría y reorganización del otorgamiento de programas sociales, aunque no hubo señalamientos sobre si los planes sociales de las organizaciones sociales pasarían a los intendentes, que era un punto de tensión con los movimientos.

El jueves de la semana que viene se convocará a los empresarios y ha las entidades de trabajadores para tratar «un mecanismo que permita recuperar ingresos en trabajadores del sector privado». En cuanto a las jubilaciones habrá el anunció de una nueva «minima» y un refuerzo para combatir la inflación.

Anunció, además, que avanzará vía DNU para promover medidas para los sectores de agroindustria, minería e hidrocarburos, para aumentar la producción. Lo mismo para el sector de la economía del conocimiento. Hay fuerte expectativa sobre cómo influirá esta medida en las zonas en donde las poblaciones resisten los proyectos de megaminería. Este es el caso de Catamarca, en donde el pueblo de Andalgalá mantiene una protesta bajo el constante hostigamiento de patotas u policías. También los casos de Chubut y Mendoza, donde ambas provincias protagonizaron rebeliones en el actual gobierno que detuvieron la implementación minera. En cuanto a la fuga de dólares vía empresas anunció: «vamos a denunciar en la justicia argentina y la Unidad Antilavado de Estados Unidos casos de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones».

Fuente: ANred

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