Por Julieta Gentile y Agustín Hernández*

«En tiempos de incertidumbre y desesperanza, es imprescindible gestar proyectos colectivos donde planificar la esperanza junto a otros».

Enrique Pichon Riviére

La situación que nos encontramos atravesando en estos días no tiene precedentes en la historia reciente, transitamos un momento inédito y las recomendaciones de cuidado para nuestra comunidad son fundamentales. Será necesario deconstruir. ¿Desde qué concepción de salud se está pensando esta pandemia?

Salud mental no es el reverso de “enfermedad mental”, toda pandemia es un proceso en el cual inciden aspectos biopsicosociales donde todos nos encontramos afectados, incluso los países más desarrollados. 

Collage de Agustina Fimiani

Según la perspectiva tradicional de salud mental se destacan los tratamientos centrados en el individuo con el objetivo de promover el funcionamiento adaptativo, reforzando enunciados de orden de la meritocracia, este contexto en que la vida psicosocial se ha modificado se deja en evidencia lo que no marcha del Modelo Médico Hegemónico cuyo punto de partida es el individuo aislado.

Es necesario, además, poder visibilizar el tratamiento mediático que tiene la pandemia, la cual nos hace pensar que va en detrimento del lazo social, donde el uso sensacionalista que tienen determinados medios de comunicación generan múltiples efectos. Por un lado, se dejan de lado posibles espacios de organización comunitaria para la reparación, y por otro, se da lugar a la estigmatización y exclusión de quien es o sería portador del virus.

Existe un esfuerzo general que la comunidad está realizando para poder sobrellevar esta situación que nos ubica en un lugar de incertidumbre y conlleva cierto monto de padecimiento subjetivo, el cual nos atraviesa a todxs, pero no de la misma manera.

Para hablar en condiciones de igualdad, nos tenemos que ubicar desde el paradigma de DDHH, donde en una primera instancia, se tratará de restituir los derechos que han sido vulnerados y generar así las condiciones para que emerja la singularidad del sujeto, cuya respuesta será de cada quien y el sujeto deberá poder reinventar su modo de ser-estar en el mundo

EFECTOS EN LA VIDA COTIDIANA

Hoy, reflexionar y preguntarnos por la Salud Mental incluye pensar en el malestar y la incertidumbre frente a situaciones excepcionales, la preocupación por los proyectos futuros e incluso el sentido que le damos a la vida. Resulta inevitable que surjan sentimientos encontrados en este contexto, pasar de momentos de tristeza a instantes de alegría, no hay respuestas correctas e incorrectas frente a estos sentires, por lo que no deben leerse a la luz de la patologización de la vida cotidiana.

A esto se le suma que se ha ido modificando el modo en que percibimos el tiempo, todo está en una misma sintonía, no hay cortes posibles, nuestras actividades están en serie, enganchadas unas con otras. El trabajo, tareas de cuidado, encuentros (desde la virtualidad) con los afectos/vínculos y tiempo libre son sin corte.

La nueva normalidad incluye la incertidumbre, es por eso que debemos convivir con sentimientos de pérdida, transformación de proyectos y deseos. Es así entonces qué no debemos leer a la angustia como un signo de enfermedad, sino en estos tiempos como un criterio de normalidad.

Es importante poder reflexionar acerca del proceso de duelo que trae aparejada esta situación, donde en una primera instancia aparecieron fenómenos de negación frente a la situación global, sentimientos de ira y bronca contra este nuevo virus que ha impactado nuestro estilo de vida.

Actualmente nos encontramos aprendiendo en el devenir, transitando dos procesos en simultáneo la pérdida de proyectos, de una perspectiva de futuro que ya no va ser como la teníamos planificada y la posibilidad de hacer lugar a esta nueva normalidad, el desafío será hacer el espacio para repensar(nos) a la luz de la situación.

DEL ENCIERRO INDIVIDUAL A LA CONSTRUCCIÓN COLECTIVA

Vivimos en un mundo en el que han cambiado muchas cosas por lo que hay que aprender a convivir con esto, pero al mismo tiempo colectivamente aprendimos formas de cuidado que se han vuelto más evidentes y tomaron relevancia en la sociedad.

La cuarentena es una herramienta no una solución en sí misma. Resulta importante considerar que el aislamiento es una medida colectiva, ya que sin el consenso social no hubiera sido posible llevarlo adelante y porque además como toda estrategia de cuidado es al mismo tiempo un cuidado de sí mismo y de los otros.  La empatía más profunda, que se produjo en este proceso colectivo de cuidado se vio reflejado en gestos y acciones simples como el uso del barbijo, el cual no protege solo a uno mismo sino también a los demás, así como también el respeto por el distanciamiento social.

Desde una perspectiva de Salud Integral nadie se “cuida solo”, la salud debemos entenderla como un bien común, y más aún en estos contextos de emergencia que nos atraviesa no solo como sociedad, sino a nivel mundial.

Una pandemia es mucho más que la circulación de un virus, en este caso Covid-19, por lo que es necesario considerar estrategias que apunten a implementar, construir e inventar otras medidas de cuidado psicosociales que tengan como objetivo lo vincular, fortaleciendo los dispositivos sociocomunitarios que ya se encuentran presentes en nuestras comunidades.

Tal vez esta pandemia genere responsabilidad y solidaridad, en la que intentemos involucrarnos en el cuidado de la sociedad, en la preocupación por el otro, sabiendo que estas circunstancias nos van a beneficiar colectivamente y también de manera individual.

Proyectos éticos políticos que prioricen el estar disponibles para otrxs, afectar a otrxs y dejarnos afectar. Construir espacios en plural, la reparación de los lazos sociales que potencien lo comunitario que se vean reflejados en redes solidarias y que las acciones no sean sin gestos de ternura.

BIBLIOGRAFÍA

  • Ley 26657, Ley Nacional de Salud Mental. (2010)
  • S.Freud (1984) Psicopatología de la vida cotidiana Obras completas Amorrortu.
  • S Freud (1917) Duelo y melancolía Obras completas Amorrortu.
  • Ulloa, F. (1995) Novela clínica psicoanalítica. Historial de una práctica. Paidos: Buenos Aires. Cap. “Cultura de la mortificación y proceso de manicomialización: una reactualización de las neurosis actuales”.

*Julieta Gentile: Operadora comunitaria y estudiante de psicología UNLP

Agustín Hernández: Lic. En Psicología Universidad Nacional de La Plata Residente del primer año de la RISMC.

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