Por Loló Fernández Bravo

A raíz del aumento de los diagnósticos sobre enfermedades de transmisión sexual como, por ejemplo, la conocida sífilis, especialmente en los casos en adolescentes y jóvenes, se consideró la necesidad de políticas de generación de conciencia y de prevención en salud sexual, de manera sostenida y de impacto nacional. En consecuencia, el Ministerio de Salud compró 10 mil penes de madera, dispensers de preservativos y maletines para la educación sexual integral (ESI) en centros de atención primaria, espacios educativos y comunitarios.

Hace pocas semanas se dio a conocer la licitación para llevar a cabo la compra por parte de la Secretaría de Acceso a la Salud de la Nación, a cargo de Sandra Tirado, quien sucedió en ese puesto a Carla Vizzotti cuando asumió como ministra de Salud de la Nación. La convocatoria cerró y quedaron inscriptas cuatro empresas.

El inicio de la transacción llamó la atención de algunas personas en contra de estas acciones relacionadas con la ESI. En respuesta a eso, Tirado explicó que con la compra se busca «concientizar y evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual tales como el VIH y otras ITS en el marco de la Ley N° 23.798».

Como los materiales son para desarrollar actividades de educación sexual, también se solicitó la misma cantidad de preservativos y maletines para llevar los elementos, porque si queda alguna duda, una cosa va en la otra. En un comunicado se explicó que: «Los kits educativos para la promoción y prevención contienen preservativos, dispenser para la accesibilidad de los preservativos y maletines donde se transportan los elementos para las capacitaciones, entre los que se cuentan penes de madera, gel lubricante y materiales de comunicación».

No tardaron en llegar las críticas como la de Juan José Gómez Centurión -excandidato a Presidente de la Nación- en la que hizo una comparación entre los materiales didácticos y las verduras. Como tampoco se hicieron desear los memes que comparaban -erróneamente- las antiguas clases de educación sexual integral con las actuales que, evidentemente, son más completas y no se reducen a los ciclos menstruales y los productos para gestionarlos.

Por su parte, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, agradeció la difusión afirmando que:

«El debate no hace más que visibilizar y confirmar cuánto necesitamos Educación Sexual Integral (ESI) en nuestra sociedad».

La ESI y las ETS

A la ESI se le abrió paso en Argentina a través de la Ley Nacional Nº 26.150 la cual dio lugar al Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Establece que: «Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos» y también contempla el derecho a la salud sexual que incluye la posibilidad de desarrollar una vida sexual gratificante y sin coerción, así como prevenir embarazos no planificados.

Según Lucía Artigas, profesora de artes visuales diplomada en ESI (UNSAM), los pilares de esta asignatura son:

El conocimiento y la garantía de los derechos de las infancias, de las adolescencias, los derechos sexuales y reproductivos, como también el derecho a la protección.

El cuidado del cuerpo y la salud, las prácticas de autocuidado y las relacionadas con los límites hacia lo que molesta e incomoda.

La diversidad sexo-genérica y el resto de las diversidades desde una perspectiva que las valora y al mismo tiempo, muestra las igualdades en cuanto derechos y respeto.

El valor de la afectividad, relacionado también con la salud, «una no puede sentirse saludable si está siendo maltratada o discriminada en el espacio donde socializa todos los días», las distintas necesidades afectivas y las diferentes formas de intervenir.

Siguiendo a Artigas, esta serie de pilares se agrupa para trabajar en la prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS), de la vulneración de derechos, de situaciones de abuso y discriminación, como también en la prevención de situaciones de infelicidad o de represión «en relación a las infancias trans, en la medida en que esas experiencias y vivencias tengan lugar en las aulas desde temprana edad seguramente van a generar vidas más felices».

Entre las enfermedades de transmisión sexual (ETS) tenemos el VIH o Virus de Inmunodeficiencia Humana; la hepatitis B y C, el Virus del Papiloma Humano (VPH) y la tuberculosis pero también hay otras infecciones conocidas como ITS que se pueden producir por más de 30 tipos de virus, bacterias y parásitos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se registran por día aproximadamente un millón de casos de ETS consideradas «curables». Lo que quiere decir que a nivel global por año se presentan 376 millones de nuevos casos de cuatro infecciones en particular: clamidia, gonorrea, tricomoniasis y sífilis. ¿Quedan dudas de la importancia de la ESI?

Al mismo tiempo, entre los objetivos de la ESI, se encuentra la promoción de «otras formas de vivenciar y habitar las aulas, de otras formas relacionales, otras miradas respecto de la diversidad (…) como también de los estereotipos y de la mirada descolonial», afirmó Lucía a Escritura Feminista.

Derechos sexuales y reproductivos

Según Fundación Huésped: «Los Derechos Sexuales y Reproductivos buscan garantizar que las personas puedan tomar decisiones sobre su vida sexual y reproductiva con libertad, confianza y seguridad, de acuerdo a su vivencia interna (asociada al cuerpo, la mente, la espiritualidad, las emociones y la salud) y externa (asociada al contexto social, histórico, político y cultural)».

Por lo tanto, tener una educación especializada en sexualidad ayudará a tomar estas decisiones de manera saludable, con seguridad, sabiendo qué se elige, que no y cómo hacerlo. El contenido de estas clases no se reduce al acto sexual sino que hablar de sexualidad implica además hablar sobre las «identidades de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción». ¡Luchemos por la plena implementación de la ESI!

Fuente: Escritura Feminista

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