El ministro de Educación de Chubut, Andrés Meiszner, denunció a presuntos “vivillos que cobran comisión de servicio y un sueldo municipal. La postura del hombre de Quilmes puso en evidencia la existencia de un doble rasero en la gestión Arcioni, ya que el mismo mecanismo se utilizó desde su propia cartera para compensar salarialmente a varios funcionarios de alto rango como el ministro de Economía. El mecanismo es legal, aunque está muy lejos de cumplir con la ley de Ética Pública.

 

Como se sabe, el actual ministro de Economía se desempeñó como secretario de Gobierno de la municipalidad de Camarones. En ese momento cobraba la comisión de servicio al mismo tiempo que el sueldo municipal. Una vez que desembarcó nuevamente en el gobierno provincial –antes había sido presidente del Banco del Chubut en tiempos de Buzzi– comenzó a trabajar ad-honorem hasta que se produjo el aumento del 300% de los cargos políticos en diciembre último.

El 8-11-19 el diario El Chubut explicaba que “el ministro de Economía, Oscar Antonena, percibe un sueldo no por su función al frente de la cartera sino como docente a través de horas cátedra que tiene al menos en el ISET 812” y agregaba que “Antonena está bajo la modalidad de ‘comisión de servicio’ y su remuneración no es por el cargo de ministro de Economía, sino por horas cátedra. Este mecanismo es utilizado por gran parte de los funcionarios, debido a que los sueldos de planta política son muy bajos”.

 

Lejos de la ética

 

La Ley de Ética de la Función Pública Nº 231 (antes Ley 4816) establece que “la lealtad, la eficiencia, la probidad, rectitud, buena fe, austeridad y la responsabilidad son valores fundamentales que deberán tenerse presentes en el ejercicio de la función pública. También se tendrán presentes los principios del servicio público. Los deberes y prohibiciones que deben acatar los funcionarios públicos se fundamentan en esos valores y principios” y que “El servidor público debe actuar en forma tal que su conducta pueda admitir el examen público más minucioso. Para ello no es suficiente la simple observancia de la ley; deben aplicarse también los servicios de la ética del servicio público, regulado o no de modo directo por la ley, especialmente, fundar cada uno de sus actos, otorgándoles transparencia, respetando los sistemas administrativos vigentes, con la debida información pública y publicidad de los mismos”.

No es pertinente analizar subjetivamente el monto salarial que “merecía” el titular de Economía, sino la violación a la ética pública que implica la utilización arbitraria de ese mecanismo de pago mediante horas cátedra desde el ministerio de Educación, justamente cuestionado por su compañero de gabinete Andrés Meiszner.

Tampoco vale la pena enfatizar el testimonio de ex compañeros de docencia del ministro que aseguran que hace más de 8 años que no está al frente de un aula. Según fuentes de Fontana 50, en paralelo los viáticos del ministro de Economía se liquidaban en su rol de funcionario y no como docente.

El ministro Meiszner debería curarse en salud evitando cuestionar conductas y prácticas del Estado que él mismo convalidó, ya que desde el Ministerio de Educación permitió que Antonena siguiera en esa situación irregular hasta que se produjera la recomposición salarial de la planta política.

Por otro lado, según fuentes del ministerio de Educación el ministro Meiszner ha otorgado una cantidad importante de nuevas comisiones de servicio en los últimos meses, a las que habrá que prestar especial atención.

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